Muchas veces escuché acerca de la división constante de las fuerzas de izquierda. A medida que me integraba en uno u otro espacio de discusión y análisis político era una suerte de "eco maldito" el confirmar por mí mismo que este comentario ligero es una dura realidad para la que aún no ha surgido una estrategia eficiente de afrontamiento.
Señalar que sólo son por intereses personales sería, a mi humilde parecer, simplificar el problema que de por sí tiene muchos años de presentarse y repetirse y fracturar cuanto esfuerzo surja por la ansiada unidad.
Aún así es necesaria la presentación de ciertos símbolos que brindarían mayores posibilidades a fin de concretar una posible futura unidad y ello pasa por la discusión para construir en conjunto un mismo plan de trabajo (sea cual fuere el espacio ha administrar). Este esfuerzo y la búsqueda constante de acuerdos y compromisos entre espacios que no necesariamente van integrados para las elecciones (Frente Amplio - Juntos por el Perú - Nuevo Perú - Perú Libre - Partido Socialista - MAS Democracia - Bloque Nacional Popular - Vamos Pueblo - Perú Nación - etc., etc., etc.) permite estar en contacto con los ciudadanos organizados en estos espacios políticos de orientación progresista y de izquierda a fin de llegar a una meta mayor que trascienda nuestros límites. Esta labor no logrará resultados suficientes si no toma en cuenta a las organizaciones civiles, sindicatos y muchos otros espacios representantes de la ciudadanía que también tiene mucho que decir y proponer.
Llegado el momento y construido -en un futuro difícil, necesario e inevitable- un plan de trabajo en común surgirán nuevos retos como definir quien encabeza una lista u otros aspectos a considerar.
Cuando una persona o un grupo de personas o un espacio civil o un espacio político quiere hacer algo por lograr un fin mayor tiene que, necesariamente, sacrificarse o aceptar ciertos sacrificios. Al menos en esta fase inicial que implica conocerse de nuevo, confiar de nuevo y creer de nuevo en la unidad.
Por más difícil que sea la meta siempre vale la pena seguir luchando para, día a día, construir un Perú nuevo en un mundo nuevo.
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