martes, 26 de junio de 2012

Pasado, Presente y: PADRE

Mis abuelos paternos eran apristas. Apristas de corazón. No sé si mi abuelo tenía carné de militante del partido pero él y mi abuela eran apristas.

Cuando se discutía en diversos medios si Alan García Pérez merecía postular nuevamente a la presidencia (mucho antes de su segundo gobierno y antes que regresara) él decía que lo mejor era dejarlo participar: “el pueblo decidirá si gana o no”. Mi abuelo era muy aprista.

Él fue alcalde de Chipao (distrito de la provincia de Lucanas en el departamento de Ayacucho) y formó parte de la Guardia Republicana. Ante todo era un verdadero patriota. En el tiempo en que yo estuve en la academia mi abuelo y yo fuimos a la azotea de la casa del Rímac para poner la bandera del Perú con motivo de las fiestas patrias. Sin otra persona presente ambos ubicamos la bicolor en el lugar más alto. Antes de irnos él me pidió que cantáramos el Himno Nacional. No me sorprendió su pedido. Ahí, ante la bandera, abuelo y nieto cantaron. Fue un momento inolvidable que no se repitió.

Otro recuerdo que tengo de él y de mi abuela se relaciona con el mercado de Ciudad y Campo (en el distrito de Rímac) donde ambos trabajaron por años. Era la celebración del aniversario del mercado y los dirigentes de ese entonces pidieron que uno de sus fundadores, es decir mi abuelo que vivía en la casa de mi tía y al frente del mercado, saliera a saludar a los alegres socios presentes. Desde el balcón de la casa mis abuelos saludaron y el aplauso de los presentes sonó imponente. Ellos al respecto comentaron que lo mejor hubiera sido saludar a los demás con un pañuelo blanco en la mano. No era necesario pensarlo mucho para descubrir la clara alusión a Víctor Raúl Haya De la Torre. Ambos dijeron que la idea llegó luego de pasado el saludo.

Ahora no recuerdo más escenas relacionadas con política. Quizás conversando con mi padre pueda recordar y descubrir nuevos detalles. Mi padre, su hermano y hermanas, compartieron con mis abuelos esa admiración por Víctor Raúl Haya De la Torre. Sin embargo mi padre es de izquierda. Izquierdista de corazón. Es él quien más ha incursionado en política de los cuatro hermanos que son.

El primer recuerdo que viene a mi mente es de un enorme número cinco de color rojo oscuro pintado en el suelo del patio de la casa de Oxapampa (provincia de Pasco). Mi padre postulaba al cargo de Diputado Regional por Pasco dentro de Izquierda Unida. Ganó dichas elecciones.

Mi padre mantenía una fuerte amistad con Fernando Mejía Egochaga y Aladino Melgarejo Ponce. No recuerdo exactamente algunos hechos pero aún tengo presente en la memoria la visita que hicimos, padre e hijo, a uno de ellos. Fuimos en la noche a su casa. El paciente en cuestión estaba muy delicado de salud y por ello descasaba temprano en su cama. Recuerdo borrosamente a su esposa y a su hijo. Fue una visita médica común y corriente. Nadie sabía lo que pasaría después. Nadie. ¿Nadie? Fernando Mejía Egochaga y Aladino Melgarejo Ponce fueron asesinados esa noche. Los mataron por ser de izquierda. A sus familias las torturaron salvajemente. Cuando mi padre y diversos pobladores de Oxapampa se enteraron de los hechos se organizaron en comités de búsqueda de los cuerpos. Demoraron mucho debido a las medidas adoptadas por los asesinos para desaparecer los cadáveres. Años después, cuando estudiaba en secundaria, uno de mis profesores (específicamente el profesor Bondy) narró durante clases el cómo vivió esa noche. Detalló que el grupo de asesinos tenían dos objetivos más: El padre del profesor Bondy y mi padre. De acuerdo a lo contado por mi profesor su padre, al percatarse que este grupo de asesinos lo buscaba, evitó abrir la puerta de su casa y mantuvo lo más seguro posible su domicilio a fin de evitar que ingresen usando la fuerza. Si no me equivoco dieron a entender a todos los que tocaban (entre ellos los asesinos) que la casa estaba vacía. El padre del profesor Bondy sólo pudo advertir a mi padre vía telefónica a fin que hiciese lo mismo. Confieso que aún no he buscado aclarar más detalles del tema con mi padre. La verdad es que le dolió mucho la muerte de sus amigos.

Diversos recuerdos surgen después mientras busco concentrarme en sus actividades relacionadas con política. Fue también Regidor en la Municipalidad Provincial de Oxapampa, Director del Hospital “Daniel Alcides Carrión” de Pasco, Director Regional de Salud en Pasco y postulante al cargo de Alcalde de la Municipalidad Provincial de Oxapampa. Estos puestos relacionados con su participación dentro de Izquierda Unida (IU) y el Movimiento Nueva Izquierda (MNI) son una muestra sesgada de todo el aporte que él brindó y brinda a la sociedad como médico, político y ciudadano responsable.

Como su hijo no seré totalmente objetivo. Considero que conozco sus defectos y virtudes lo suficiente como para seguir admirándolo y considerándolo un referente político de importancia vital en mi vida. Padre, a la distancia te envío un fraterno saludo izquierdista.

Para terminar compartiré con ustedes esta canción de Martina Portocarrero que es una de las favoritas de mi padre.


miércoles, 6 de junio de 2012

Un saludo izquierdista

Estimados compañeros / camaradas:

Como simpatizante de izquierda me presento ante la sociedad virtual y envío un saludo fraterno a cada uno de mis lectores sin excepción alguna. Desde mi perspectiva el sólo hecho de compartir una visión izquierdista de la sociedad es motivo más que suficiente para considerar aliados a muchas personas, partidos y organizaciones. Es cierto que actualmente la izquierda peruana se encuentra muy fracturada pero nada es para siempre. He visualizado sangre nueva en las organizaciones de izquierda que voy visitando y apoyando y eso me permite concluir que la unidad está más cerca de lo que los sectores negativos de la derecha creen.

He heredado de mi padre, Raúl Garrido Llosa, su convicción izquierdista. Es él la primera figura política que admiro y de quien conservo recuerdos inolvidables de su participación como Diputado Regional por Pasco dentro de Izquierda Unida. Fue él quien me inspiro a ser de izquierda. A él y a los muchos líderes de la izquierda peruana mis respetos y admiración eternas. Buscaré destacar como líder y trabajaré en equipo siempre. La unidad de la izquierda peruana es difícil, necesaria e inevitable.

Los dejo con una excelente versión de la canción "El pueblo unido jamás será vencido" interpretada por el grupo italiano Banda Bassotti. Hasta el siguiente escrito.